los escritorios, en los hogares y en las oficinas, se utilizan para trabajar o estudiar y, por lo tanto, deben ser capaces de facilitar estas actividades de la mejor manera. Por eso es bueno contar con un buen número de cajones, pero también con la posibilidad de racionalizar el uso de un ordenador y la capacidad para recibir a un invitado en la mesa. El tablero de trabajo es ergonómico, de manera que sea perfecto para las necesidades de quien se sienta en él y tiene que realizar una tarea, ya sea escribir o leer. Para que quien usa una parte del escritorio se sienta cómodo puede prever compartimentos o cajones. De lo contrario, puede centrarse en escritorios más clásicos realizados de madera, incluso maciza, enriquecidos con tableros de cuero. En la elección de este elemento, naturalmente, se debe tener en cuenta el uso al que se destinará el mueble. Si el escritorio se colocará en una pequeña habitación debe combinarse, al menos cromáticamente, con el entorno que lo rodea. Si el escritorio, en cambio, se destinará a un despacho, ya sea un despacho en casa o una oficina propiamente dicha, es evidente la necesidad de centrarse en algo más completo y, probablemente, más austero. En el caso de un despacho profesional, será conveniente que tenga muchos cajones. Si se trata de un despacho que será utilizado por varias personas (tal vez en una casa particular, donde hay estudiantes), se puede preferir la limpieza de la línea, ya que, al no haber un verdadero «dueño del escritorio» probablemente todas las personas que lo utilizarán llevarán consigo el material que necesiten (libros, pero también el ordenador, ya que el PC de mesa está dando paso gradualmente al portátil).